Crimen en Traslasierra: Investigadores creen que pudo haber sido un ajuste de cuentas

 El caso se volvió “prioridad 1″ para la Policía de Córdoba. Avanza la investigación para identificar y atrapar a los criminales. Se repiten procedimientos en Villa Dolores y otros puntos de esa región. 

El alevoso asesinato de Santiago Aguilera Allende, el pibe de 18 años que fue torturado y muerto a golpes luego de haber sido secuestrado en el Valle de Traslasierra, se ha convertido en “prioridad 1″ para los cuerpos investigativos de la Policía de Córdoba. Bajo directivas de la fiscalía federal 1, a cargo de Enrique Senestrari, un importante número de investigadores de la fuerza trabaja a contrarreloj para identificar y atrapar a los miembros de la banda criminal.

Durante la jornada del miércoles, se realizaron numerosos allanamientos y procedimientos en la ciudad de Villa Dolores y en otros puntos de esa región. No se informó sobre nuevas detenciones en el marco del caso.

Cabe señalar que, en el marco de la causa, está detenido desde el jueves 18 un empleado del padre de la víctima de este hecho.

Se trata de Walter Gil, quien permanece preso en la Cárcel de Bouwer e imputado por secuestro seguido de muerte, por orden del fiscal.

Uno de los allanamientos realizados fue en una casa de Villa Dolores que estaba alquilada. Trascendió que el inquilino es un joven que suele verse en moto y que no fue encontrado.

El objetivo del procedimiento, trascendió, fue determinar si se trataba de la vivienda donde estuvo oculta la víctima de este alevoso caso que estremece a la provincia de córdoba.

Según trascendió, otro de los procedimientos fue en un domicilio de un familiar del detenido Walter Gil.

También se inspeccionó un local dedicado a la venta de repuestos y lubricantes en el acceso este de Villa Dolores, donde trabaja precisamente el padre de Walter.

“(Los policías) estuvieron más de dos horas revisando todo, no encontraron nada. Conozco a Walter y a su familia, creo que ellos no tienen nada que ver con todo esto”, comentó la dueña del comercio a La Voz.

“Conozco a Walter, es un chico bueno y trabajador. es un chico normal, que trabaja y se divierte. No creo que tenga nada que ver con esto”, añadió la comerciante.

No fueron los únicos procedimientos. Pesquisas policiales de la región y sabuesos de las divisiones Antisecuestros y Homicidios (que viajaron desde Córdoba Capital) concretaron distintos procedimientos en domicilios. Hubo secuestros de elementos.

“Sin comentarios. sin comentarios”, fue la respuesta escuchada de boca de varios de esos detectives.

“Se está trabajando con todo. El caso es ‘prioridad 1′ para esclarecer. No se puede decir nada para no entorpecer la pesquisa”, indicó una alta fuente del caso.

Al caer la noche, el trabajo seguía siendo continuo. En Villa Dolores y región no salen de la conmoción.

EPISODIO ESTREMECEDOR

Santiago fue secuestrado aparentemente entre la noche del martes 16 y la madrugada del miércoles 17 del corriente mes, tras salir de su casa en el Paraje Chuchiras, a pocos kilómetros de Villa Dolores.

Ese mismo miércoles a la mañana, su padre recibió un mensaje extorsivo en el celular. Le reclamaban 10 (millones de pesos para volver a ver vivo a su hijo. Los delincuentes dijeron que se iban a volver a comunicar, pero ya no lo hicieron más.

Nunca se pagó rescate. Enterada la Policía de lo sucedido, se dio parte a la Justicia federal.

A las pocas horas, cayó detenido Walter Gil, quien trabajaba con el padre de Santiago y era conocido del propio muchacho. Sin embargo, ante la falta de noticias del muchacho secuestrado, se ofreció una recompensa.

Se cree que Santiago fue torturado en un domicilio de manera salvaje por los criminales. Luego, fue asesinado a golpes en la cabeza.

La sospecha es que el jovencito fue muerto el sábado. Su cuerpo fue hallado el domingo siguiente camino al lago Boca de Río, a dos kilómetros de Villa Dolores por un trabajador rural que arreaba animales.

VENGANZA DESPIADADA 

Los investigadores no creen que el fin de la banda haya sido con fines extorsivos y se orientan a una eventual venganza (ajuste de cuentas).

Las miradas de los pesquisas apuntan al círculo de relaciones y de contactos del padre del muchacho. Carlos Aguilera es vecino de siempre de la zona, es dueño de un corralón y fue dueño de camiones.

Nota: La Voz del Interior