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Merlo: Manuel Altamirano, un bailarín merlino en China

Hace cuatro meses, el artista forma parte de un ballet que hace funciones diarias en un teatro del centro del gigante asiático.


Hasta julio del año que viene, Manuel Altamirano no pisará tierra argentina por muy buenas razones. Aunque el bailarín extrañe su tierra, sus costumbres y principalmente la familia que lo espera en Merlo, se encuentra en China para cumplir algunos sueños que buscó conquistar desde chico y gracias a un contrato que cayó de casualidad, está en camino de lograrlos.

Manuel se encuentra en Xi´an, una ciudad que está en el centro del gigante asiático, y forma parte de la compañía "Sur soul" que lo llamó para que se sume al elenco de "El camino de la seda". En la obra comparte escenario con colegas de África, Europa y seis argentinos más, y durante un mes tendrá funciones diarias.

Antes de viajar, Altamirano estudiaba en Buenos Aires, en la Escuela de Bailarines Profesionales de David Señoran, gracias a una beca. "Me llegó un aviso de que buscaban gauchos para un elenco internacional que se formaría para bailar en China, en una obra de danza, pero que ellos lo llaman festival. Envié el material y a los dos meses me enteré que había quedado. Ahí sentí que mi sueño comenzaba a hacerse realidad", recordó el artista.

Dentro de la obra, el bailarín aparece en tres escenas. La apertura, donde realiza junto a sus compañeros un show de bombos chinos con pasos de malambo; una segunda escena donde interpreta a un rey de Roma en la que comparte escenario con robots gigantes; y en la última, donde realiza una retirada que es muy aplaudida.

Para Manuel la llegada al ballet chino fue una noticia muy linda porque, según explicó, para los bailarines es muy difícil encontrarse con estos contratos. Tanto para él como para su familia fue emocionante enterarse del nuevo trabajo que, expresó, "llegó en el momento justo porque estaba enfocado al cien en mi carrera artística".

Ya se cumplieron cuatro meses desde que se mudó a Xi´an y tiene boleto de regreso para julio del año que viene, "si es que no se extiende el contrato", agregó.

El bailarín sabe de giras y de conocer culturas nuevas gracias a su talento. "Anteriormente realicé presentaciones en Chile junto con una compañía folclórica de Santa Fe. También tuve la oportunidad de bailar en Turquía, pero el proyecto se truncó por la pandemia", explicó quien nunca perdió el amor por la danza.

En la casa de mis abuelos en Merlo siempre había guitarreadas y yo lo único que quería era zapatear

Su lazo con el arte se formó gracias a su familia que está repleta de folcloristas y bailarines. Sus abuelos, "Toti" y "Keka", lo guiaron y sus padres lo alentaron a seguir sus intenciones y principalmente a estudiar mucho para ser un buen profesional. "Mi abuela paterna me hacía escuchar El Chaqueño Palavecino y yo salía a bailar como loco", recordó.

Así pasaron los años y Manuel nunca perdió el entusiasmo. Su pasión por el baile creció y formó parte de la mayoría de los ballets y academias de la Costa de los Comechingones. Luego el camino lo llevó a Buenos Aires donde no solo se perfeccionó en el folclore, sino que indagó por la danza contemporánea y el jazz.

Su permanencia en la capital logró que pasara por programas como "Argentina Baila" o tuviera presentaciones importantes como la que realizó en la apertura de los Juegos Olímpicos de la Juventud.

Lejos de casa, pero con el corazón más cerca de lo que se imagina, Manuel aseguró que ahora solo piensa en disfrutar de lo que vive a diario gracias a su pasión más grande. "Quiero llenarme de esta cultura oriental que para mí es totalmente nueva. Deseo entregar un poco de nuestro arte en este país tan lindo y trataré de dejar un pedacito de mi tierra, siempre con respeto por lo que hago y viviendo el presente", expresó el artista, quien ya tiene puertas abiertas para nuevos proyectos en Italia y otros países europeos.

eldiariodelarepublica

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