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Merlo: "Pepo" Brandan necesita un medicamento que vale millones, pero Salud lo invita “a esperar”

Lucas "Pepo" Brandan sufre de hipertensión arterial pulmonar. Las pastillas para el mes cuestan entre 5 y 8 millones de pesos. Debe tomar una por día: hace 30 días que no puede hacerlo.

Es músico, y también peluquero. Vive en un lugar soñado, donde intenta llevar una vida tranquila, apacible, normal. Y así era hasta que le diagnosticaron una enfermedad que cambió todo. Hoy enfrenta una dura situación: necesita una medicación diaria que es costosísima, que la ley le asegura, pero que el Ministerio de Salud de la provincia no le proporciona y le pide “que espere”. Debe tomarla todos los días; lleva 30 días sin ingerirla por “las esperas”.

Lucas Brandán tiene 46 años. Es uno de los habitantes de la Villa de Merlo, la joya turística del noreste de la provincia.

El 3 de noviembre de 2021
su vida tomaría un giro inesperado. Ese día jugaba al pádel con amigos cuando de un momento a otro se desvaneció en la cancha. “Caí muerto al piso; ahí arrancó todo”.

Ese “todo” es una hipertensión arterial pulmonar, una enfermedad que está catalogada como “rara” e incluida en la Ley Nacional de Enfermedades Poco Frecuentes (EPOF) 26.689, que establece que el Estado debe garantizar la cobertura integral de salud de las personas con EPOF. Esto incluye detección precoz, diagnóstico, tratamiento y recuperación. La norma busca mejorar la calidad de vida de las personas que las padecen y las de sus familias, y obliga a obras sociales y empresas de medicina prepaga a cubrir los tratamientos de estos males extraños.

Tras las primeras atenciones y estudios, Lucas fue derivado al médico Francisco Femenia en Villa Mercedes. “Hoy es el director de Electrofisiología del hospital ‘Ramón Carrillo’. Un crack, muy humano, se puso mi caso al hombro”.





En diálogo con El Diario de la República, el músico recuerda que en febrero de 2022 tuvo el diagnóstico definitivo.

La hipertensión arterial pulmonar, una enfermedad grave, se produce cuando la presión arterial en las arterias pulmonares es mayor de lo normal; la sangre no puede fluir adecuadamente por los vasos sanguíneos de los pulmones. Puede tener diversas causas, y sus síntomas más frecuentes son: dificultad para respirar, incluso en esfuerzos leves; pérdida de energía; mareo o cansancio; dolor de pecho y palpitaciones; hinchazón de los pies o tobillos; coloración azulada de los labios o la piel, y episodios de vértigo o desmayo.

Hace más de dos años, comenzaron los problemas de Lucas para tratar este mal. La medicación que le recetaron es muy costosa: el valor de una caja de 30 comprimidos cuesta entre 5 y 8 millones de pesos. Debe tomar uno por día.

Lo último que me dijeron es que tenía que esperar 15 días más. Hace 30 días que no la tomo. Esa es mi situación”, cuenta Lucas. “Ningún trabajador normal, aun con dos o tres trabajos, podría comprar una caja por mes. No tengo obra social”.

Hace un año tramitó una pensión por discapacidad. “Esa pensión automáticamente entra en sistema y caigo a Incluir Salud como mi obra social de cabecera; me descuentan todos los meses, pero no me dan cobertura”.

Con la negativa de cobertura, Lucas fue al área de Acción Social de la provincia y allí gestionó la medicación: macitentan por 10 miligramos. Todo iba bien, pero este año empezó el drama.

“No había tenido más que demoras de 5 días, 8 días, 12 días. Pero esta vez es mucho, ya son 30 días. Lo único que estoy pidiendo es que funcione el sistema como debería funcionar. He hecho todas las presentaciones como corresponde”, asegura el paciente.

Todos los meses debe recurrir a un médico para que le haga la receta, el pedido médico, la historia clínica y el llenado de las fichas para presentar en el área de Salud: “Me hacen una entrevista en la que me preguntan mi situación actual de vida, cuánto gano, qué hago, si tengo piso cerámico, piso de tierra, alisado, si tengo contrapiso, luz eléctrica, gas de garrafa. Eso es todos los meses, y mi situación no cambia, no va a cambiar. No hay problema, yo lo hago. Las chicas de Acción Social del (hospital) ‘Madre Catalina’ me atienden muy bien, pero no pueden hacer más que reclamar la medicación. Y esto depende del Ministerio de Salud”.

“Para que no me queden ‘vacíos’ siempre se hacen en tiempo y en forma: el médico me hace las recetas para 3 o 4 meses, y cuando me dan la primera caja de esos 4 meses hacemos la presentación para los próximos 4. La última presentación se hizo para 6 meses y se hizo hace 50 días; tuvieron 50 días para gestionar la medicación”, advierte, con justificada angustia.

El reclamo es claro, y desesperado. “Lo único que pido es que se cumpla con la ley; es una enfermedad bastante complicada y el costo no lo puedo pagar, es imposible pagar. Mi enfermedad no puede esperar. Ahora ya es muchísimo el tiempo y yo estoy a la deriva. Y Dios quiera que no me pase nada, pero si me pasa algo, ¿quién se hace cargo? Me siento bien, y me desenvuelvo de manera normal, pero estoy sin la medicación”.


Solidaridad

Lucas también apela a la solidaridad de la población de San Luis, a quienes por una razón u otra puedan tener estas pastillas y ya no las necesiten. “Si a algún ciudadano sanluiseño le sobró alguna tableta, y que pueda colaborar, para mí sería de mucha ayuda”.

Además, necesita asesoramiento legal para asegurarse de que la ayuda oficial no se descontinúe. “Me habían dicho que podía presentar un recurso de amparo pero bueno, acá es difícil, nadie quiere hacer nada en contra del Gobierno. Si alguien me puede asesorar me gustaría que se ponga en contacto conmigo para darme una mano con la presentación de un recurso de amparo, para que no me vuelva a pasar esto. Porque la verdad es horrible”.

ediariodelarepublica


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