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El otro San Luis que crece: cada vez hay más personas en situación de calle en extrema pobreza

 

Mientras el discurso oficial apunta a la generación de políticas públicas que buscan promover fuentes de empleo, la realidad es que la economía de las familias está absolutamente licuada. El dolor de los "olvidados" se graba en cada rincón. 


En el puente de ruta 147 y Riobamba, una mujer pide limosna para comer. Foto: El Diario.


Pese a quien le pese, hay un San Luis que jamás se había visto. Un San Luis que duele, mientras hay responsables que miran para otro lado y malgastan los dineros del Estado.

 

Nunca se había registrado un escenario tan trágico, donde la gente sucumbe en la incertidumbre de un día a día desolado, plagado de un clamor que se manifiesta bajo una tristísima súplica: una colaboración para comer. Así subsisten decenas de puntanos, pidiendo limosna.


Cada vez es más grande el número de personas que están en situación de calle. Algunos buscan refugiarse en rincones de edificios públicos, como lo que pasa en el Correo Argentino. Alcanza con pasar por el lugar para ver a las personas que están instaladas ante una vista indiferente. Cajas con algunas pertenencias, colchas, cartones. Así viven, como pueden. Otros, buscan guarecer bajo los puentes, como lo que pasa en el cruce de ruta 147 y Riobamba, donde una mujer, con poquísimas pertenencias, tiene un cartel que reza: "Ayuda para comer". 


Hay sectores, como la avenida Juan Gilberto Funes, donde los afectados por la profunda crisis económica, pasan sus horas de negocio en negocio en busca de "sobras" o alguna colaboración que sirva para llevar algo de comida. Pan viejo, desperdicios de carne, son algunas de las cosas que piden con gran esperanza para al menos engañar al estómago o darle algo de comida a sus hijos. 


Cada vez más personas buscan "cartonear" para sobrevivir. Foto: El Diario.


La mayoría quisiera tener una vida mejor. Una vida digna para llevar el pan a la mesa, un techo dónde vivir,
Muchos revisan permanentemente los contenedores de basura. Las familias se mantienen unidas en el escenario más duro y mientras las mujeres caminan con los "changuitos" con sus hijos, los hombres se meten a los tachos de basura para conseguir algo que sirva para alimentarse. Las verduras que desechan los comercios, entre otros elementos, son el hallazgo más esperado por todos. Un escenario absolutamente inaceptable para cualquier se humano que tengan algo de empatía. Se trata de una realidad que es palpable en todos los rincones de la capital. 


pan a la mesa, un techo donde vivir. Pero en una crisis tan brutal, la vida no da chances ni con ventas de bolsas de consorcio, ni con lavar autos en los semáforos, ni con pedir ayuda en las esquinas. Y, como si fuera poco, el estigma social juega un rol deplorable. 

 


El otro San Luis que crece, duele profundamente a los puntanos. Y en medio de un Gobierno que pregona el discurso de la generación de fuentes de trabajo, la realidad es que la provincia cada vez tiene más gente en la situación más extrema de pobreza. 


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