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Prevención de incendios: Finalizó la obra de picadas cortafuego en las Sierras de Los Comechingones

Las tareas comenzaron el año pasado en las Sierras de los Comechingones y las Sierras Centrales. Los trabajos comprenden en total 135 kilómetros.



El gobierno provincial finalizó la construcción de 135 kilómetros de picadas cortafuego en nueve localidades del interior con la finalidad de prevenir incendios. Las tareas comenzaron en noviembre pasado en simultáneo por tres empresas que ganaron las licitaciones. La inversión total fue de más de 60 millones de pesos.

Los trabajos fueron efectuados en las Sierras de los Comechingones de Villa de Merlo, Cortaderas, Carpintería (en esta semana estaría finalizado) y Los Molles. También en las Sierras Centrales de Estancia Grande, Villa de la Quebrada, Nogolí, Potrero de los Funes y El Volcán. Además hicieron limpieza y mantenimiento en el anillo de Suyuque-Los Molles.

Las picadas cortafuego se utilizan para la prevención de incendios en la etapa de interfase (siniestros que se desarrollan en áreas donde se entremezclan la población y la vegetación) porque priorizan el resguardo de las urbanizaciones que están dentro de cada anillo, para que queden protegidas de las quemazones que puedan acercarse a las viviendas.

El jefe de Programa Recursos Naturales, Darío Szklarek, precisó que "son en total 135 kilómetros lineales de picadas cortafuego, que abarcaron 300 hectáreas y tienen un ancho de entre 35 y 50 metros para que puedan trabajar las dotaciones de bomberos".

Para elegir las distintas zonas donde se efectuaron los anillos se realizó un análisis técnico que permitió determinar cuáles eran las mejores trazas y sectores para construirlos. "Estuvo la mirada ambiental transversal a todo esto para generar el menor impacto posible. Por eso en algunos lugares las trazas son más angostas con el fin de que no se erosione el suelo por las pendientes o por el tipo de terreno, y en otros el ecosistema nos permitió hacerlas de hasta cincuenta metros de ancho", detalló.

Señalan que los anillos cortafuego cumplen un papel clave en la preservación de la flora y fauna autóctona, dado que se transforman en una herramienta con doble función: por un lado evitan que los incendios forestales se aproximen a las zonas urbanizadas, y por otro eluden que cualquier foco ígneo urbano prospere hacia zonas naturales, protegiendo de esta forma los ecosistemas puntanos.

En las próximas semanas se llamará a licitación para que a estas picadas se les realicen tareas de mantenimiento antes de que comience la temporada alta de incendios forestales, que se da entre julio y finales de noviembre. "Ahora tendremos que hacer un repaso en esos lugares porque se hicieron durante la temporada de lluvia en la provincia y creció la vegetación. Volver a limpiarlos será una tarea menor y más rápida porque ya se le hizo la apertura", manifestó.

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