San Luis: El gobernador Poggi dijo que no habrá aumentos salariales para los empleados públicos
El gobernador de la provincia dijo ante la consulta de los periodistas que no habrá aumentos salariales para los empleados públicos y apoyó las medidas económicas de Milei
La situación económica del país es crítica, eso no es novedad. Pero lo que sí sorprende —y preocupa— es la liviandad con la que el mandatario puntano elige posicionarse frente a este contexto. Cuando le preguntan si habrá aumento salarial en mayo, responde con tono de candidato y no de gobernador: “Yo no soy de aumentos electorales”. ¿Eso es una definición técnica o una excusa para seguir pateando la pelota mientras la inflación se come los sueldos de los trabajadores del Estado?
Pero lo verdaderamente grave no está en las fotos escolares ni en los posteos con frases de autoayuda institucional. Lo alarmante es la liviandad con la que el gobernador se expresa sobre temas que afectan directamente el bolsillo de la gente. Este lunes, cuando le consultaron sobre el impacto de la liberación del cepo y la posible suba del dólar, Poggi soltó una frase que resume el desconcierto oficial: “Mientras no se dispare a la miercole”.
San Luis alguna vez tuvo un fondo anticrisis. Hoy tiene bicicletas. Antes se hablaba de estabilidad, hoy de “esperar que rebote la economía”. Antes había gestión, hoy hay bacheo con Hissa. ¿Y mientras tanto? Poggi se saca fotos, reparte kits escolares y repite que “no da aumentos electorales”, aunque los salarios están a tiro de la inflación.
Lo peor es que toda esta parodia se difunde, se sostiene y se paga con recursos públicos. El sitio oficial del Gobierno es hoy una plataforma de campaña personal. De las cinco notas principales, cuatro son sobre Poggi. ¿Qué medidas se destacan? Ninguna. Solo hay imagen, eslogan, y frases de ocasión. Es el uso más burdo del aparato comunicacional del Estado al servicio de un proyecto político sin gestión.
Y cuando uno escucha al gobernador, la preocupación crece. Porque no hay diagnóstico, no hay rumbo, no hay estrategia. Solo hay una campaña con el piloto automático y un gobernador que, frente a una nueva devaluación, responde con un “esperemos que no se dispare a la miercole”, como si el destino de la provincia fuera una cuestión de suerte.
Lo más grave no es solo que se banalice una cuestión central como el valor del dólar y su vínculo con la inflación. Lo verdaderamente alarmante es que esa liviandad viene acompañada de un desinterés total por generar herramientas de contención para una sociedad cada vez más golpeada. El fondo anticrisis ya no existe. Los salarios están licuados. Las obras son parches. Y el discurso oficial gira en torno a eslóganes que no resisten una pregunta seria.
La frase del lunes no es un lapsus. Es una muestra clara de cómo se gobierna: sin planificación, sin brújula, sin responsabilidad. Y encima, con recursos del Estado volcados a construir una campaña permanente basada en la autopromoción.
En San Luis, la inflación sí se dispara. Pero al parecer, mientras no sea “a la miercole”, no pasa nada.
ED
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