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Policiales: A casi un año del asesinato de Alejandro "Bebo" Ochoa el Juzgado de Garantía emitió un reporte

 El próximo 27 de marzo, se cumple un año de la desaparición de Jesús Alejandro “Bebo” Ochoa, hallado sin vida el 2 de abril de 2021 en la zona rural de Cortaderas.


La causa tramita en el Juzgado de Garantía N°1 de la Tercera Circunscripción -antes denominado Juzgado de Instrucción Penal-, y está caratulada como “Av. privación ilegítima de la libertad seguida de muerte”.

EL HECHO

El sábado 27 de marzo de 2021, la familia de Alejandro Ochoa denunció la desaparición ante la Subcomisaría N°22 de Cortaderas.

Según el relato de un testigo, que era amigo de Alejandro, ese sábado alrededor de las 19:30 horas divisó a dos hombres encapuchados a unos 200 metros de la casa de Ochoa.

Al avisarle sobre la presencia de estas personas, decidieron ir a averiguar qué hacían allí.

Conforme la versión del testigo, “Bebo” tomó la delantera y llegó antes al punto de encuentro, donde fue reducido por los hombres encapuchados.

Su amigo logró esconderse entre la maleza y volver hasta la casa de Ochoa para pedir auxilio a un conocido que se encontraba allí. Al regresar, observaron que a “Bebo” lo cargaron en un vehículo y se lo llevaron.

A partir de ese momento, se efectuaron numerosos rastrillajes en la zona mediante drones, Canes, Policía Montada, contando con la intervención de diferentes unidades de rescate y un gran número de efectivos policiales de toda la provincia.

La Jueza actuante, Dra. Patricia Besso, ordenó diversas medidas para dar con el paradero de Ochoa y determinar los motivos de su desaparición, entre ellas, inspección ocular y allanamiento en el lugar del hecho con secuestro de elementos de interés para la causa; informe de los pórticos lectores de patentes y aviso a los puestos limítrofes para evitar un posible egreso de la provincia; toma de declaraciones testimoniales; realización de un perfil psicológico de Ochoa; etc.

El viernes 2 de abril, pasado el mediodía, una patrulla con canes encontró el cuerpo de Alejandro Ochoa en una obra en construcción, a unos 900 metros del lugar donde se produjo el presunto secuestro.

Asimismo, en la inspección posterior, el Departamento de Homicidios de la Policía de San Luis halló manchas hemáticas en una construcción ubicada en frente del sitio del hallazgo.

AUTOPSIA

Los restos fueron llevados a la morgue judicial de Concarán para la revisión preliminar, efectuada por el Médico Forense, Dr. Gustavo Lafourcade.

El perito informó que el cuerpo se encontraba en estado de descomposición, había sido mutilado, tenía una mordaza de tela ceñida a la boca y otra en el cuello. En este último, observó una herida cortante que comprometía totalmente la tráquea y grandes vasos sanguíneos.

El sábado 3 de abril, se realizó la autopsia en la morgue judicial de Villa Mercedes.

Respecto de la causa de muerte, el Dr. Lafourcade determinó: Asfixia mecánica, seguida de shock hipovolémico.

Causa inmediata de la muerte: Fallo cardiorrespiratorio.

Causa básica de la muerte: asfixia por impedimento en la entrada de aire a los pulmones.

Data de muerte: tiempo de fallecimiento entre cinco y diez días.

El forense consideró que el deceso se produjo debido a la acción mecánica de compresión del elemento ceñido al cuello, sumado a la hemorragia profusa aguda ocasionada por el amplio corte practicado en el cuello, inmediatamente posterior a la asfixia, lo que condujo al shock hipovolémico, es decir, a la pérdida súbita de sangre en corto tiempo.

AUTOPSIA PSICOLÓGICA

La autopsia psicológica se utiliza principalmente para describir aspectos vinculados a un modo de muerte, en función de la condición mental de la víctima, sus motivaciones, actos y circunstancias particulares en momentos previos y coetáneos al deceso.

La pericia fue realizada por profesionales del Cuerpo Forense de la Tercera Circunscripción Judicial, y consistió en entrevistas personales individuales y conjuntas, en sede judicial y domiciliarias.

También se efectuó la observación directa en el domicilio de la víctima.

La actividad se llevó a cabo en diferentes etapas: la primera, fue la de recolección de información, en la que se estableció contacto con más de 20 personas, entre familiares, amistades de Ochoa y personal profesional interviniente.

La segunda etapa fue de análisis y categorización de la información; y la tercera fue la presentación de conclusiones.

Conforme a las fuentes consultadas, Jesús Alejandro Ochoa, de 35 años al momento del deceso, vivía solo en la casa de campo perteneciente a su familia, ubicada en la zona rural de Cortaderas. Fue el lugar donde habitó durante su infancia, y que quedó en desuso cuando se mudaron al pueblo.

En marzo de 2020 se instaló en ese inmueble, en el que permaneció hasta el día de su desaparición.

De profesión albañil y techista, se dedicaba también a la crianza de animales y a la huerta para consumo personal y venta.

De las entrevistas surgió también que, en el último periodo, Ochoa se había dedicado al cultivo de marihuana y que, poco tiempo atrás a su desaparición, el propio Alejandro y un familiar vieron a dos hombres merodeando por el lado sur de la vivienda en horas de la noche.

No obstante, las profesionales indicaron que los entrevistados no reportaron reacciones por parte de Alejandro de haber percibido miedo, alerta o amenazas por esto, así como tampoco surgieron denuncias al respecto en sede policial, “lo que permite inferir que no fue una vivencia que afectara su cotidianidad a pesar de la extrañeza de la misma”.

Según consideraron las especialistas, tales indicadores dan cuenta de “ausencia de conciencia de situación en el occiso, quien ante una vivencia de aparente incertidumbre, no habría reaccionado con acciones de prevención y seguridad”.

De la información analizada, tampoco surgieron indicadores de relaciones familiares/sociales conflictivas.

Conclusiones:

Se infiere que su posicionamiento de víctima, acorde a su perfil psicológico, lo sitúa como una víctima determinada, es decir, escogida por el/los agresor/es [según la clasificación de Jiménez de Asúa (p.71)] así como una víctima latente, por su actividad vinculada al consumo y cultivo de marihuana, [según la clasificación de Abdel Ezzat Fattah (p.71)] que podrían pensarse como factores de riesgo en el occiso (García Pérez, 2007)”.

MEDIDAS EN PROCESO

– Análisis de muestra patológicas. El mismo fue requerido al Ministerio Público Fiscal de la provincia de Mendoza, y se espera el envío de los resultados. 

– Informe del Gabinete “Análisis del Comportamiento Criminal” de la Policía Judicial perteneciente al Ministerio Público Fiscal de Córdoba, sobre: perfilación criminal del/los posible/s auto/res y móvil del hecho.

Se solicitó la aplicación de metodologías de “análisis de la información para la formulación de hipótesis investigativas”, como así también “un análisis lingüístico forense de determinación de autoría”. 

– Informe de la División Homicidios de la Policía de San Luis y el Departamento de Investigación de Delitos Complejos del Poder Judicial sobre análisis de datos del teléfono celular de Alejandro Ochoa y del testigo principal del hecho.

En esta semana, el expediente fue remitido en vista a la Fiscalía de Instrucción N°1 de la Tercera Circunscripción, desde donde adelantaron que solicitarán nuevas medidas para el esclarecimiento del hecho.

ElPeridicoJudicial

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