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Provinciales: Malestar en la Policía por los sueldos y las condiciones de trabajo

Los oficiales dicen que los salarios "no son dignos" y que la persecución por parte de la cúpula les impide reclamar de manera más concreta. Quejas por los uniformes y los chalecos antibalas.

Un lento pero creciente malestar se despliega en las bases de la Policía Provincial por una serie de situaciones que los efectivos soportan hace ya un tiempo. Aunque el reclamo central es un aumento de sueldo, los numerarios de la seguridad pública exponen otros pedidos, aunque siempre en el ocultamiento, por temos a represalías.

Saben los oficiales de menor rango que no pueden ventilar sus pedidos y sus quejas por redes sociales o públicamente porque serían severamente castigados por la mano dura del Estado y por lo que parece ser un sistema de vigilancia efectivo para controlar a los empleados pero ineficiente para frenar la inseguridad.

Entonces, los oficiales arman cadenas de Whats app y se las pasan a familiares y son ellos los encargados de divulgar la situación.

La más reciente se conoció antes de que el gobernador Claudio Poggi anunciara el aumento del 25 por ciento en dos partes. Sin embargo, los oficiales alguna información tenían sobre los números que se manejaban en el gobierno porque en el mensaje dicen que “dar un aumento de un miserable 20% y en varias cuotas es una burla”.

El pedido central que manifestaron los policias es de un aumento de sueldo que haya llegar a un poco de dignidad para ellos. “Un sueldo básico que no llega a 200 mil pesos no es digno”, señalaron los oficiales de menor rango, pues es lógico que los empleados de mayor jerarquía cobran sueldos muy superiores.

Además, los oficiales pidieron que se mejoren los uniformes y dejaron entrever sus dudas respecto a los proveedores de la indumentaria policial. Agregaron que las gorras reglamentarias cuestan 30 mil pesos, que tienen que pagar de su bolsillo, y que les exigen la compra de un equipo de gimnasia de más de 100 mil pesos, que ya está diseñado y fabricado por una empresa que se beneficiará económicamente.

Los chalecos antibalas son otro punto de conflicto. Los policías dijeron que deben ser personales “para poder trabajar como corresponde” y a cargo de cada efectivo. “Compartir un solo chaleco antibalas entre varios policías todos los días es antihigiénico”.

Los recargos horarios también quedaron en el ojo de la tormenta, ya que los protestantes aseguran que estar más de 32 horas de trabajo no es lo recomendable física y psicológicamente sobre todo para ganar un extra en negro, que además es insuficiente.



Fuente: eldiariodelarepublica

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